El pasado lunes viví en primera persona el terrible incendio de la catedral de Notre-Dame de Paris. Un acontecimiento que, desgraciadamente, marcará la historia de esta maravillosa ciudad.
Bella, la Gran Señora, Notre Dame, lucía hermosa, radiante y grandiosa ante mis ojos y los de miles de personas de todo el mundo... Ese lunes, bajo un sol especial. Siempre en la retina y en el corazón de los que amamos esta ciudad, este país y esta cultura.
Ça va aller bien ma Belle!